
Con el Reiki la perspectiva cambia ya que minimiza ese esfuerzo titánico y nos ayuda a recibir y a comprender los beneficios de recibir. A veces damos en exceso, no nos atrevemos a decir “no”, sin pensar lo que esa actitud nos puede perjudicar. Creemos firmemente en lo que nos dijeron “es mejor dar que recibir” porque si pedimos o recibimos ayuda los demás podrían pensar que somos débiles, que nos alejaremos de Dios (el que crea), que tenemos que recompensar a la gente por darnos, etc….
Reiki nos enseña a recibir, sobre todo cuando nos damos un autotratamiento estamos recibiendo infinitos beneficios a nivel físico, mental y espiritual. La energía Reiki es una fuente de energía inagotable. Reiki es un regalo para todos nosotros, cualquier persona lo puede practicar y simplemente, cuando una persona que esté iniciada en Reiki pide la energía, ésta automáticamente se manifiesta. El Reiki fluirá de la manera más pura y proporcionará sanación tanto al paciente como al terapeuta; como digo yo, ¡Reiki es un 2 x 1! Recibimos Reiki a la vez que lo damos.
La energía entra por nuestro chakra corona, baja por el canal central atravesando la garganta y el corazón, y de ahí fluye hasta nuestras manos. La energía de Reiki recorre todo nuestro cuerpo alcanzando todas las células, llenándonos por completo y se dirige a aquellas zonas que han de ser sanadas y desbloquedas. La persona que recibe Reiki no tiene que hacer nada, ni pensar en nada en especial (puede estar pensando en sus cosas), ni intentar poner la mente en blanco (¡misión imposible!), ni siquiera hace falta que crea en el Reiki, porque Reiki siempre funciona y le va a beneficiar.
Debemos de estar preparados para recibir todos los beneficios del Reiki porque, cuanta más gente esté bien y con paz interior, más se beneficiará el resto de la humanidad.
Susana García
Maestra de Reiki y Bióloga Medioambiental
Maestra de Reiki y Bióloga Medioambiental